Localización y acceso

Ruta lineal de 12.500 metros, que puede abordarse tanto desde Cala Llombards como desde el mismo Cap de Ses Salines. Cada cual puede escoger el sentido de ruta que más le convenga, si bien recomendamos caminar con el sol a la espalda para poder contemplar mejor el fabuloso paisaje costero que tendremos siempre delante nuestros ojos.

Descripción de la zona

La ruta discurre por una zona completamente virgen y de una belleza impresionante, que se encuentra actualmente protegida a nivel europeo por las especies de flora y fauna que acoge. Sus aguas, además, forman parte de una Reserva Marina donde la pesca artesanal, como la del raor o pez navaja, sigue siendo muy apreciada y donde la práctica del buceo otorga fuertes emociones y grandes satisfacciones.

Valores destacables

La costa se halla salpicada de calas y “calons” (Caló des Moro, Cala s’Almonia, Cala Figuereta, Cala Màrmols, Olla des Bastons, Racó de ca na Bàrbara...), salientes y pequeños acantilados marinos (Punta de Can Barragot, Punta de sa Cresta), cuevas y otros accidentes geológicos y geográficos que harán de nuestro paseo una constante sorpresa. También se hallan al lado de la ruta algunos pozos salados y elementos megalíticos de notable interés cultural. El faro del Cap de Ses Salines acoge una estación de investigación costera (una de las pocas de todo el Estado Español) gracias al acuerdo que firmaron la Autoridad Portuaria y el CSIC en el año 2003.

 

Los endemismos vegetales, las aves marinas y las tortugas de tierra son otros de los valores que es preciso destacar.

Localización y acceso

Esta ruta es igualmente lineal y tiene una longitud de 9.300 metros (18’6 quilómetros si pretendemos hacerla de ida y vuelta). Aconsejamos dejar el vehículo en la Colònia de Sant Jordi, donde podremos tomar un refresco antes de abordar el camino propuesto, o recuperar al regresar las fuerzas perdidas con una suculenta comida/cena a la orilla del mar.

Descripción de la zona

Esta caminata costera, muy conocida y practicada por la gente de las localidades cercanas, es una de las más variadas y bellas de todas las que pueden hacerse en la isla de Mallorca. Tanto si lo que queremos es acceder a playas y calas solitarias como si simplemente deseamos disfrutar del paisaje cambiante, no podemos dejar de lado esta ruta que, al igual que pasaba con la anterior, discurre por tierras que han sido protegidas por sus enormes valores naturales.

Valores destacables

Nada más salir de la Colònia de Sant Jordi ya nos encontraremos con playas y arenales de gran valor, como es Dolç o es Carbó. No serán los únicos, pues si perseveramos con nuestra caminata llegaremos a lugares tan bellos y queridos como Cala en Tugores o la Playa des Caragol. Las vistas de los numerosos islotes costeros, algunos de los cuales conservan importantes yacimientos arqueológicos (na Guardis, na Moltona...) serán también gratas recompensas a nuestro pequeño esfuerzo.

 

En las garrigas costeras y vegetación de bajo porte descubriremos mariposas de diversos colores, currucas endémicas y alcaravanes. Y en la mar, el paso constante de gaviotas contribuirá a la sensación de calma y tranquilidad que sin duda nos acompañará en nuestro recorrido y que perdurará en el tiempo en forma de recuerdo.

Localización y acceso

A diferencia de las demás rutas, todas ellas pedestres (menos la que va al Parque Nacional de Cabrera, en la que evidentemente se debe tomar una embarcación), ésta está pensada para recorrerla en bicicleta. La distancia mínima entre la Colònia de Sant Jordi y Cala Llombards es de 16’2 quilómetros. No obstante, la ruta puede alargarse notablemente con las diferentes variantes que aparecen marcadas en el mapa, que discurren por carreteras secundarias y en algún caso, como la ruta ciclo-turística de Cas Perets, convenientemente señalizadas.

Descripción de la zona

Al tratarse de una zona eminentemente agro-ganadera, casi la totalidad de los alrededores de las carreteras se hallan dominados per este tipo de paisajes. Los cultivos de secano, tanto herbáceos como arbolados (algarrobos, almendros, higueras), se alternan aquí y allá con parcelas de regadío y pequeños bosques y garrigas que confieren heterogeneidad al paisaje.

Valores destacables

Los valores paisajísticos, no muy diferentes a los de la Mallorca agrícola de hace tiempo, confieren a la zona un carácter propio. Se trata generalmente de ambientes secos (en esta parte de Mallorca es donde menos llueve de toda la isla) y aparentemente poco amables que, en cambio, se hallan repletos de sorpresas. En las garrigas abundan los conejos y las liebres, alcaravanes, tortugas y pequeñas orquídeas de sorprendentes formas y colores. Esparcidos por el territorio hallaremos molinos, torres de defensa, cuevas, talayots y restos prehistóricos, exponentes de la riqueza histórica y etnológica que atesora toda la marina de Santanyí.

Localización y acceso

Esta ruta casi circular comienza en los viales de la Colònia que limitan con los estanques salineros de las Salinas de s’Avall. Desde allí debemos partir en dirección a la playa d’es Cotó y, una vez alcanzada la costa, ir costeando toda la Colònia de Sant Jordi hasta llegar a la zona portuaria, donde acaba el recorrido propuesto. En total, son 4.100 metros de recorrido costero y llano, muy adecuado para hacer en familia.

Descripción de la zona

Se trata de un recorrido que discurre por costa rocosa y baja, irregular, con presencia de numerosos salientes y alguna pequeña cala de aguas cristalinas. Cerca de la costa hay una serie de pequeños islotes donde descansan numerosas aves marinas. Al inicio de la ruta podremos contemplar los estanques salineros y los montones de sal apilada, mientras que en la parte final disfrutaremos de la presencia de numerosas pequeñas embarcaciones amarradas al puerto.

Valores ornitológicos

En los estanques salineros son frecuentes los chorlitejos, las cigüeñuelas y los tarros blancos, y no será raro observar algún flamenco. Llegados a la costa, debemos prestar atención a las gaviotas de Audouin, a los cormoranes, los charranes e, incluso, a las pardelas que puedan volar lejos de la costa, empujadas per los vientos marinos. En invierno y en los pasos migratorios, los vuelvepiedras y otros pequeños limícolas patrullan constantemente las rocas salpicadas por las olas.

Localización y acceso

La ruta hacia el Cap de Ses Salines empieza en el punto quilométrico 5’2 de la carretera MA 6100, que va de Ses Salines a Santanyí. El itinerario, por su longitud (9.400 metros), resulta aconsejable hacerlo en coche hasta que acaba la carretera que conduce al faro. Eso sí, las constantes paradas y esperas resultan imprescindibles si se quiere detectar el máximo número de especies. Una vez dejado el coche, se debe caminar unos 300 metros a pie hasta llegar a un tramo de costa que tenga buena visión de la mar y las numerosas aves marinas que la sobrevuelan.

Descripción de la zona

La primera parte del recorrido atraviesa numerosos campos de cultivo, tanto de trigo y otros cereales como arbolados. A medida que nos acercamos al faro se vuelven más habituales las garrigas de acebuches y, finalmente, se llega a un pequeño pero denso pinar. Pasado el faro, la costa es baja y rocosa, con algunas calitas desde donde resulta fácil tirarse al agua, si así se desea.

Valores ornitológicos

Enormes, sobretodo en otoño, cuando la zona actúa como un enorme embudo que recoge las aves migratorias que se preparan para partir hacia África. Los campos se llenan de pequeños pajarillos (tarabillas, collalbas, bisbitas, colirrojos, papamoscas, alcaudones...), además de perdices y alcaravanes. Los cielos se ven de vez en cuando sobrevolados per águilas calzadas, halcones y otras rapaces y en la mar se observan con frecuencia (y, en ciertas épocas del año, con abundancia), pardelas cenicientas y baleares, gaviotas de Audouin o cormoranes, por nombrar las aves más características.

Localización y acceso

Ruta prácticamente circular de 13.500 metros, que podemos comenzar allí donde consideremos más oportuno. Buenos lugares para dejar el vehículo son el núcleo urbano de ses Covetes, el parking (de pago) que hay junto a la playa des Trenc o el mismo pueblo de la Colònia de Sant Jordi. En todos los casos, y a pesar de que en algunos tramos se puede circular por carretera asfaltada, recomendamos hacer toda la ruta a pie para así contemplar a placer los diversos rincones y paisajes.

Descripción de la zona

La playa des Trenc es, sin duda, la más interesante y reconocida playa virgen de toda Mallorca, de extensos arenales, praderas submarinas bien conservadas y aguas de tonalidades verdes y azules. Detrás de las dunas dominan los pinares y, detrás de éstos, las salinas del Salobrar, paisaje visual y sonoro (por las cuantiosas aves que allí se juntan) de primer orden. Pasado el Salobrar cambiamos de nuevo de registro para adentrarnos en las tierras agrícolas de sa Barrala, donde dominan el trigo y las tierras de pastoreo.

Valores ornitológicos

Elevadísimos. La zona del Salobrar de Campos es, muy probablemente, donde más especies de aves se pueden ver de toda la mitad sur de Mallorca. Las salinas y estanques salobres constituyen un refugio excelente para grandes cantidades de aves limícolas, patos, flamencos, garzas y pequeños pajarillos, sobre todo en los pasos migratorios. También se ven águilas pescadoras, rascones o cormoranes grandes.

 

En los campos de sa Barrala viven terreras, cogujadas, cernícalos, aguiluchos y trigueros. Finalmente, en los pinares dunares y arenales des Trenc se ven currucas, carboneros, cucos, chorlitejos y muchas otras especies que sin duda harán las delicias de los amantes de las aves y la naturaleza.

R7

•Castillo (siglos XIV-XVI)

•Museo - Celler

•Monumento de los franceses

•Sa Cova Blava

•Faros e islotes

•Colonias de aves marinas

•Delfines y tortugas marinas

•Aves rapaces

•Lagartijas baleares

 

Isla de Cabrera

Elementos de interés en Cabrera

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